El régimen feudal entró en decadencia, ingresando a su fase de extinción. Los dueños de la tierra, los señores feudales, fueron perdiendo poder por diversos motivos. El principal fue el factor económico. La ciudades habían surgido y prosperado sobre la base del comercio intenso, independizándose del poder feudal . Los campesinos y siervos, antes sujetos a la autoridad de los señores feudales, huyeron de los feudos hacia las urbes que, en pleno auge económico, podían brindarles trabajo digno y rentable. Sin gente que subordinar, los feudos fueron desintegrándose.
Hubo factor político también. Los monarcas, en su afán por restaurar la autoridad real en sus territorios, tomaron medidas para reducir el poder de los señores feudales y subordinarlos a la fuera. Esto favoreció la instauración de monarquías concentradas de poder, es decir, marcadamente absolutistas y autocráticas, acelerando el desquiciamiento del feudalismo.
Por otra parte, el papado, que siglos antes adquiriera fortalecimiento, dio muestras de desgaste, debido al absolutismo de los retes que no dejaron de rivalizar con el poder de la Iglesia y que ahora luchaban por subordinar a todas las clases sociales, incluyendo al clero, que comenzó a dar muestras de indisciplina y decadencia moral (como ocurrió siglos atrás).
No hay comentarios:
Publicar un comentario