Sistema Nervioso Humano

Nuestro sistema nervioso es el encargado de coordinar el funcionamiento de las diferentes partes de nuestro cuerpo y permite la relación con el medio externo. Como somos vertebrados, se divide en dos partes: el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico.

Sistema Nervioso Central
Está formado por el encéfalo y por la médula espinal.

Encéfalo. Controla todo el funcionamiento del cuerpo. Contiene miles de millones de neuronas. Sus principales órganos son los siguientes:

Cerebro. Realiza funciones voluntarias. En su corteza se analizan, procesan y elaboran órdenes motoras voluntarias. Es responsable del aprendizaje, el lenguaje, la creatividad, la voluntad, la memoria, el pensamiento y la interpretación.

Tálamo. Filtra la información sensorial, de modo que permite prestar atención solo a lo importante y actuar rápidamente.
Hipotálamo. Controla las funciones involuntarias, como la ingestión de alimentos, la temperatura corporal y la presión sanguínea. Influye en el sistema endocrino.

Bulbo Raquídeo. Controla las funciones vitales como los latidos del corazón, la respiración, la deglución, la dilatación, la contracción de vasos sanguíneos, etc. Es el centro de control de todos los procesos involuntarios relacionados con el funcionamiento del cuerpo.

Cerebelo. Controla funciones inconscientes imprescindibles para la vida. Mantiene el equilibrio y la postura corporal, sen encarga de la coordinación de movimientos y recibe información de los ojos y de los oídos.

Médula Espinal. Mide aproximadamente 45 cm de longitud y es del grosor de un dedo meñique. De cada lado de ella nacen los nervios, dispuestos por pares, con un total de 31 pares de nervios. Cumple dos funciones principales:

• Sirve como vía de conexión entre los nervios y el encéfalo.
• Es el centro de actos reflejos que se realizan automáticamente, sin que intervenga la voluntad.

          ¿Sabías que...?

Una lesión en la médula espinal puede producir parálisis

y pérdida de sensación en las piernas. Esto se debe a que 

los impulsos nerviosos no pueden entrar al cerebro ni 

salir de él.